El «Jett Rock» de Guitar Wolf, un aullido salvaje

En el folklore japonés un oni es un demonio, una especie de monstruo con garras, cuernos y forma humanoide. Pues bien, los tres componentes de Guitar Wolf son «onis» en estado puro; sobre el escenario (y seguramente fuera de él) son unas bestias con piel de cuero negro que han sido poseídas por el rock n roll más demoníaco que pueda existir. Y es que, lo que se vivió en la Sala Boite de Madrid, quedará grabado a fuego en la memoria como un show legendario, lleno de poses, cuero, rock y altas dosis de desparrame.

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Seiji hidratándose mientas «tocaban» su guitarra

Hacía mucho tiempo que no veía a nadie salir a dar un concierto y sin mediar palabra agarrar un tercio de cerveza, llevárselo a la boca y ponerlo en noventa grados hasta bebérselo de un trago. De hecho, tal vez recuerde que algún amigo lo haya hecho, pero nunca a un rockero… Este era el saludo de Seiji, cantante y guitarrista del grupo para presentar su último disco, Beast Vibrator, en la gira Tour Magma.

Guitar Wolf @Sala_Boite_2

Seiji fuera de control, sin guitarra y en pleno salto

De ahí en adelante, el concierto se convertiría en una orgía de poses, distorsión y gritos al ritmo de su frenético garage punk. Tal es la actitud de este trío que no te podías perder ni un sólo segundo del concierto, enganchaban una canción tras otra sin conceder un segundo de descanso, casi no podías pestañear, mucho menos ponerte a cambiar la configuración de la cámara… De no estar atento, no habrías visto a Seiji batear pelotas con su guitarra, elevarla y rasgar las cuerdas como un loco, hacer la pose de poder o tocarla por detrás de la cabeza; jugar pulsos chinos (de pulgar) con el público; tirar el micro en varias ocasiones (evidentemente la cerveza del principio algo ayudó, aunque la segunda también, más las que llevara amuladas); o incluso subir al escenario al escenario a uno de los componentes del grupo Las Infantas a tocar la guitarra del propio Seiji para que éste se pudiera tirar al público y aullar con rabia lobuna… Vamos, el espíritu del mítico «sex, drugs & rock n roll» elevado a diez, tal vez algo a la altura de leyendas como Iggy Pop. Guitar Wolf lo dio todo, se dejó la piel hasta rozar la extenuación y la sensación que dejó, es que éste era el último concierto de su carrera. ¡Eso es actitud coño!

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Seiji dándolo todo

Por todo ésto, Guitar Wolf es, sin dudas, una banda de culto que tiene a sus espaldas nada más y nada menos que once discos. Y sus miembros -Seiji (Guitar Wolf), Toru (Drum Wolf) y U.G (Bass Wolf)– transmiten una energía tan contagiosa como la infección zombi de la película de serie B (Wild Zero, 1999) que protagonizaron. La gente se lo pasó en grande, muchos bailaban, quienes podían meneaban sus melenas y muchos sacaban fotos y hacían videos porque eran conscientes de que lo que estaban presenciando, estaba siendo algo irrepetible: rock n roll en su estado  más primitivo, un aullido salvaje.

Eduardo Palacios

***Agradecimientos***

Muchas gracias a Roberto Villandiego  por la acreditación.

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